La boca de entrada nos deja, tras un fácil destrepe, en unas gateras (no todas topografiadas) que conducen al primer pozo, de 6 metros y con la cabecera muy estrecha, que se baja sin equipo de verticales con la ayuda de una cuerda anudada a un puente de roca. La base del pozo nos deja en medio de una diaclasa, desde donde podemos seguir en dos direcciones, una que pronto se convierte en impracticable y la otra que nos conduce a otro paso muy estrecho, donde tenemos dos posibilidades para continuar. La primera consiste en descender un pozo de 6 m., Muy estrecho y también sin equipo y seguir por una estrecha diaclasa hasta el llamado Pasamanos, antes del cual nos colocaremos el equipo de vertical. La segunda posibilidad es seguir en horizontal por la diaclasa, avanzando en oposición por la parte alta de la misma, con la posibilidad de instalar una cuerda para superar el paso más comprometido. A continuación llegaremos al Pasamanos mencionado anteriormente, pasado el cual descendemos un P18'5 m que nos deja en una cómoda gatera -la Tripa- que conviene pasar asegurado y que conduce al siguiente pozo, llamado del Clavo (P31'6 ), muy escalonado y donde la cuerda a menudo es más un seguro.
El siguiente pozo recibe el nombre de Pozo de la Cabra (P36 '6) y como el anterior se encuentra muy escalonado. Termina en una pequeña gatera -la Madriguera- que da acceso a un pozo de 30'7 m. prácticamente vertical que nos deja en la Sala del Caos. La estancia en esta sala es muy inquietante por amenazantes bloques que se ven en el techo. En esta sala podemos hacer una ascensión remontando los bloques del suelo y acto seguido llegamos a una zona donde la sala baja y donde hay algunas incógnitas por mirar. En dirección contraria, justo cerca del punto de llegada a la Sala del Caos, encontramos un cómodo paso descendente entre formaciones que conduce a la cabecera del Gran Pozo, con una profundidad de 50 metros, que nos deja en el actual fondo de la cavidad, donde encontramos un pequeño lago. Por la parte contraria de la diaclasa se puede hacer una escalada y llegamos a la sala de la Vena. En esta escalada encontramos algunos orificios descendientes, pero pronto se convierten en impracticables.
Antes de llegar al lago, en los últimos pendants, encontramos a un lado un pozo entre un bloque y la pared de la diaclasa por donde podemos alcanzar la máxima profundidad de la cavidad, 213'05 m (en la revista Subterránea apareció erróneamente la profundidad de 223'05 m, es decir, exactamente 10 metros más de los que en realidad reflejaban nuestros cálculos).
